Conviene invertir las energías en ver si las diferencias pueden ensamblarse, más que en modificar al otro para que nos guste.

Quizás ocurra que tu novio trabaja mucho pero que aún le falta la madurez necesaria para alcanzar sus sueños; o, quizás, necesita ponerse metas que pueda alcanzar. Encontramos, también, al que vive en su nube, imaginando que sus proyectos se realizarán por arte de magia o protestando porque todavía no se le presentó "la" oportunidad.

Podés hablar seriamente y ver cuáles de sus proyectos son reales y cuáles son imaginarios. En cuáles incluye el proyecto de pareja que construyen juntos. Preguntá, indagá, sacá tus propias conclusiones. O pedí consejo a tu círculo más cercano para que te ayude a discernir.

¿Cambiar?

Conozco a dos amigos que se pasaron la vida peleando porque ella sigue esperando que él cumpla sus promesas y exige que él sea el señor serio y trabajador que nunca fue.  No es fácil compartir la vida con un personaje así y menos aún intentar cambiarlo: uno puede sentir una gran incertidumbre por lo que vendrá, desconfianza en sus planes y una gran frustración por no poder cambiar la situación.

Si sos un soñador y te cuesta hacer realidad tus sueños:

Primero, sé consciente de que es una desventaja, y decidite a darle combate a esta tendencia.

Ponete metas posibles: acordes con tus capacidades, con tu personalidad y con la realidad en las que pensás implementarlas.

Fijá los medios concretos para lograr tus objetivos. No asumas que las cosas se van a dar.

Pedí ayuda a aquellos que te puedan ayudar a bajar tus sueños a la realidad.

Es ilusorio creer que nosotros (desde afuera) podremos cambiar a nuestra pareja. Seguramente te inventarás mil y una justificaciones para no ver o disimular esos rasgos que te molestan. Una opción sería, en caso de que lo elijas, ayudarlo a convertir sus sueños en proyectos asequibles. Pero no busques que deje de soñar.

Son muchos los matrimonios que se quiebran porque durante el noviazgo han minimizado rasgos importantes del otro que luego no pueden aceptar. Y viven sus días concentrados en aquello que creen que el otro debe cambiar, gastan tiempo y energías en algo imposible, en vez de invertirlos en aprovechar las diferencias para optimizar su relación.

Fuente Imagen: Ideas Audiovisuales Producciones