viernes, 31 de mayo de 2013

El relato tupamaro y las miserias humanas

Las cartas del tupamaro Héctor Amodio Pérez, a esta altura nadie duda de que son auténticas. El "traidor", el condenado por la organización, el colaboracionista con los militares, antes y después de la dictadura, emerge desde las sombras cuarenta años después de su silenciosa (y misteriosa) partida del Uruguay. Sus revelaciones, por cierto, no tendrán repercusión en los hechos. No se reverán juicios ni se abrirán presumarios. Pero que la historia idílica que han contado los tupamaros una vez más queda en entredicho, no hay duda; y ahora desde adentro mismo, porque Amodio no fue un marginal sino una figura central del movimiento.

Por cierto, muchos libros e investigaciones modernas han ido develando esa triste historia de radicalización violenta que precipitó el golpe de Estado. (No fue "la" causa, en singular, pero sin duda constituyó la mayor contribución, al punto que si se extrae del relato de aquellos años la irrupción de la violencia, todo queda sin lógica).

De allí surge, ahora, esta historia de traiciones, flaquezas, celos narcisistas, pero sobre todo flota ese ánimo mesiánico de quienes se sentían dueños de vidas y haciendas, dispuestos —en nombre de su heroica revolución— a secuestrar o matar a quien ellos consideraran un rehén útil o un enemigo a eliminar.

Los abusos que los militares cometieron contra los tuapamaros más tarde han acaparado el relato, pero no por ello se desvanece la actitud antidemocrática de un movimiento que había resuelto derribar las instituciones, la intolerancia fascista de sus opiniones y la fría crueldad de sus acciones.

Por ejemplo, Amodio aclara que no fue él quien "vendió" el lugar de la "cárcel del pueblo" sino Adolfo Wassen Alanís, a quien como murió de un cáncer estando prisionero, se ha santificado. Y es verdad lo que dice el misterioso "aparecido". Ese 27 de mayo de 1972, allí estuvo Amodio, pero también Wassen y Píriz Budes ("La agonía de una democracia", pág. 267). Encerrados bajo tierra, debajo de una cloaca, en una ominosa jaula, estaban en ese lugar encerrados el Dr. Ulysses Pereira Reverbel y el Dr. Carlos Frick Davie. Con poco aire y la angustia de la incertidumbre sobre su destino, allí permanecían estos dos secuestrados. El primero, un político, apasionado sin duda, exagerado en ocasiones, pero un luchador cívico de toda su vida. El segundo, un ruralista, abogado también, vinculado a la banca. Se les había tomado de rehenes, en nombre de la justicia revolucionaria. ¿Secuestrar no es un crimen de lesa humanidad?

Nueve días antes habían sido asesinados cuatro soldados, que —adentro de un jeep y tomando mate— estaban de guardia, en la calle Abacú y Avenida Italia, frente a la casa del Comandante en Jefe del Ejército. Era de mañana temprano y esperaban su relevo. Fueron ametrallados a mansalva, sin posibilidad de defenderse. No fue una acción militar. Ni siquiera una represalia contra un enemigo reconocible. Simplemente era 18 de mayo y querían simbólicamente demostrarle al Ejército, en su día fundacional, que estaban dispuestos a matar aun a cuatro modestos soldados, que allí quedaron, instantáneamente muertos por la lluvia de disparos. ¿Se quiere algo más descarnado, más frío, más cruel?

Poco antes, el 14 de abril, se había producido el brutal asesinato de dos policías, un militar y un profesor, Armando Acosta y Lara, que había sido Director de Secundaria y Sub-Secretario del Interior. Hoy todos los tupamaros que hablan reconocen que fue "un error", no por la crueldad del episodio o por la gratuidad de los cargos que lanzaron contra Acosta y Lara, por ejemplo (a quien pretendieron vincularlo por sí y ante sí a un "escuadrón de la muerte"); simplemente fue "un error" porque "subestimaron al enemigo" y provocaron una reacción que les costó muy caro. ¿Quién decretó, en el delirio de la soberbia, la pena de muerte de Armando Acosta y Lara? ¿Qué evidencia tenían, o verosímil versión? Ninguna. Alguien les habría dicho que… Quienes ordenaron esa muerte están casi todos vivos y alternan en altas esferas. No interesa repetir los nombres, pero fueron asesinatos tan asesinatos como los peores de la dictadura.

Siempre se mencionan los casos emblemáticos de la crueldad tupamara, como el asesinato del trabajador rural Pascasio Báez, que mientras buscaba un animal en el campo, tuvo la desgracia de ver salir del agujero subterráneo de una "tatucera" a un grupo subversivo que lo aprehendió y encerró varios días sin saber qué hacer con él, hasta que concluyeron que lo mejor era matarlo y un médico (¡un médico!) lo mandó al otro mundo con una inyección de pentotal. Sin duda este episodio es horroroso, pero son innumerables los hechos de parecida naturaleza. 

Secuestrar un Embajador británico, un Fiscal de Corte, un Cónsul General de Brasil, ¿no es terrorismo? Matar a un prestigioso médico para robarle unas armas de colección, ¿no es algo espantoso?

Sin embargo, cuando todas estas historias aparecen, no hay tampoco una palabra de arrepentimiento. Simplemente se dice, como en los episodios televisivos de la mafia norteamericana, Amodio "es hombre muerto"...

Es muy importante que los jóvenes miren, reflexionen y extraigan sus conclusiones. No es posible que muchos de ellos sigan creyendo que el movimiento tupamaro nació para combatir a la dictadura cuando fue al revés: nació para derribar la democracia, y en la dialéctica infernal de violencia que crearon, terminamos todos bajo un golpe de Estado. Cuando éste sobrevino, todos ellos estaban presos y bien procesados por la Justicia ordinaria. Que luego fueron maltratados es verdad, pero las responsabilidades militares no los absuelven a ellos. Fueron víctimas de abusos, pero también son legión las víctimas de su mesiánico movimiento.

Ahora, no va a pasar nada. Pero muchas cosas van quedando más claras.

martes, 28 de mayo de 2013

Ramos abandona el FA

CAUSA ABIERTA | INFORMACION | 23/05/2013

Conrado Ramos: el Frente Amplio inició una senda socialdemócrata

Justo a mí, que algunos me dicen neoliberal", comenta para explicarme que su tesis de doctorado en

Alemania fue una dura crítica a la reforma de la Administración Central de la segunda presidencia de

Sanguinetti. Conrado Ramos sonó mucho en los últimos días por su retiro del Frente Amplio e incorporación al Partido Independiente.

Conversamos sobre esas cosas y sobre su especialidad: la reforma del Estado. Con 50 años, doctorado en Alemania, en pareja y sin hijos, confiesa ser hincha de Peñarol, pero nada fanático.

Vamos a comenzar con lo más mediático respecto a ti en los últimos días, que es tu incorporación al Partido Independiente (PI). Cuando eras presentado, reafirmabas tu perfil de izquierda. Mucha gente no ve al PI como una opción de izquierda, sino que identifica a la izquierda con el FA. ¿Cómo compatibilizás esa opción de izquierda y socialdemócrata, como señalabas, en esa opción?

El PI ha tenido un viraje en ese sentido, y hoy se proclama como un partido de izquierda; hace unos años

eso no era así. Creo que va a ser interesante trabajar dentro del PI, tratando de que realmente se transforme en una opción de izquierda y no se quede solamente en lo declarativo. En la carta donde planteaba mi adhesión al PI traté de sintetizarlo de esta manera: dentro del Frente tenía problemas para decir "yo soy un socialdemócrata"; las veces que intenté decirlo, cuando aún estaba en la OPP, me decían "mirá que no conviene decir esto, porque no es un tema en el que haya unanimidad". Si lo analizás, no está en el programa del FA. En realidad hay muchas fracciones dentro del Frente y no hay consenso sobre eso.

La definición socialdemócrata está mal vista por algunos sectores dentro del FA.

Por supuesto. Significaría renunciar a la colectivización de los medios de producción y a una línea mucho

más fuerte en cuanto a la transición al socialismo. Ser socialdemócrata se ve más como un compromiso de tener un capitalismo nacional en términos de lo que sería un capitalismo renano o escandinavo. Cuando yo reivindico mi orientación socialdemócrata, ahora en el PI lo puedo hacer con más comodidad. El propio Pablo Mieres lo está haciendo.

Y ¿qué entendés por socialdemócrata?

Creo que hay un rol determinado que se le asigna al Estado en un modelo de desarrollo. Es un rol fuerte y

activo. Pero eso no significa que sea un Estado dominado por las corporaciones. Si ves las reformas que ha tenido el sector público en Suecia, estas son muy fuertes. Es creer en los acuerdos neo corporativos, en los cuales una derecha más rancia no cree. Cuando el FA reinstaló los consejos de salarios hubo una discusión muy fuerte, y se argumentaba por parte de algunos sectores que iba a subir el desempleo y desestabilizar las relaciones capital-trabajo. Sin embargo, el desempleo disminuyó a rangos históricos y no solamente sirvió para mejorar la estructura salarial sino que además fue bueno para lograr una mejor concertación de proyectos colectivos entre capital y trabajo. Creo en eso, y ello es un rasgo bien socialdemócrata; un Estado que homologa esos convenios cuando hay consenso, y cuando no lo hay, lauda.

Eso lo desarrolló el Frente.

Es que yo creo que el Frente Amplio inició una senda socialdemócrata. Que el propio FA no lo reconozca

como tal, porque tiene desavenencias internas o problemas para decir que es una línea socialdemócrata, es otro asunto. En estas dos administraciones del FA se aplicó una línea socialdemócrata. No se aplican líneas ortodoxas hacia el socialismo. El tema es reconocerlo. Yo voy a insistir en la aplicación de políticas

socialdemócratas. Determinadas políticas sociales, el estado de bienestar, que la derecha no comparte para nada; y que eso esté conjugado con generar trabajo calificado para una matriz de desarrollo que debe

cambiar. Debemos dejar de ser el último eslabón de una cadena globalizada, donde solamente hay para

aportar materia prima. Este es un proceso muy complejo; hay que estudiar cada cadena y ver las

posibilidades de engancharse en cada una y alargarlas cuando vienen inversiones extranjeras. Hay mucho

paño para cortar ahí, pero dentro del discurso de una hegemonía que instauró el Frente Amplio. Cualquier

opción de izquierda, de alguna forma, debe seguir en ese camino.

Entonces ¿por qué elegiste el Partido Independiente?

¿Por qué lo elegí y por qué creo que puede seguir en esa línea y recostado a una vertiente más

socialdemócrata? La vertiente socialdemócrata tiene una matriz liberal muy fuerte, en el sentido de no caer preso de fuertes corporaciones. Las corporaciones, por sí, no son malas. Si no, no defendería los acuerdos neo corporativos. El problema lo constituye la apropiación privada de los bienes públicos a que pueden llegar esas corporaciones cuando no existe una decisión política de frenarlas. No siempre es fácil, y son decisiones políticas muchas veces difíciles de tomar. Puede haber también desvíos institucionales, en el sentido de no creer o no respetar adecuadamente las formas democrático-republicanas de gobierno. Hay sectores dentro del Frente que ponen en tela de juicio estas cosas. Por el contrario, el Partido Independiente ha salido a reafirmarlas. Por ejemplo, días atrás el Partido Independiente estaba discutiendo sobre si sacar una declaración de preocupación por la situación institucional en Venezuela. Sin embargo, el Frente Amplio está atado respecto a estas cosas; por favores que hay que pagar o por lo que sea. Yo creo que cuando el chavismo se apague, Venezuela se va a olvidar de Uruguay. Debemos apartarnos de la senda populista; creo en un sistema de partidos institucionalizados fuertes; con partidos estables y fuertemente programáticos; sin líderes iluminados y lealtades políticas que debilitan al sistema.

Cuando surge, en 1971, el Frente Amplio era fuertemente programático. Últimamente, desde algunos

sectores, se le critica haberse desviado de esa senda.

No todo; en el ejercicio del poder, hay sectores del FA que tienden a tener mayores desvíos clientelistas y

patrimonialistas. Hoy no se puede pedir puridad; sí lo puede hacer el Partido Independiente, que no tiene

compromisos de ese tipo. No creo en las puridades; los partidos pueden ser programáticos y tener

desviaciones clientelistas o de patronazgo. El tema son los límites, y si hay una línea y discurso claros de no caer en esas tentaciones y que prevalezcan los rasgos programáticos.

¿El Frente no está imponiendo esos límites?

Me preocupa del FA que lo veo callado. Cuando yo traté de hablar de esos temas, me llamaron al silencio a la fuerza, y creo que eso no se corresponde con las mejores tradiciones del FA. Ahí el FA está en

problemas. Creo que los va a solucionar, pero va a tener que superar contradicciones internas muy fuertes y tendrá que prevalecer una línea más republicana y más programática; de afirmamiento institucional.

Ese proceso de alejamiento del Frente, ya no en lo ideológico o político, sino en lo personal, ¿qué te

significó?

Fue muy doloroso. Implicó un duelo prolongado. El hecho de haber sido un frenteamplista independiente

siempre llevó aparejado un costo. Es un tema que lo pensé mucho en su momento. Siempre me decían que yo era muy cercano al Partido Socialista, pero nunca me terminó de conformar cuál era la línea que

adoptaba el PS; más allá de las relaciones y afectos personales con muchos de sus dirigentes. Discutía con mis amigos y les decía, ¿ustedes qué?, están atrás de Tabaré ¿y qué más? ¿Son ortodoxos, son

renovadores? ¿Qué significa eso? No pretendo ingresar en críticas, pero nunca me sentí identificado con

una línea clara, que me dijera "para acá vamos". Es un Partido que respeto muchísimo; más que a muchos otros, pero me sigue pareciendo que les falta una definición más clara. Entonces, si me afiliaba era un oportunista; era para sentirme protegido y tener un paraguas; y decidí no hacerlo? Así me fue. Ser

independiente se paga caro; sobre todo si se quiere tener una voz firme y clara respecto a determinados

temas sobre los cuales existe una orden no escrita de no hablarlos.

¿La reforma del Estado?

La reforma del Estado tenía que morir en determinado momento. Sobre el final del período de Vázquez,

estaba muriendo. La Comisión de Programa del FA no quería discutirla. Un amigo ya fallecido, Gabriel

Castellá, propuso que me invitaran a discutir determinados temas, y nunca lo logró. Eso para mí eran

señales muy claras de que había sectores del FA que no querían saber nada con que se discutiera el tema reforma del Estado. "Lo van a tomar como un fracaso, como que no pudimos avanzar; entonces este tema debe callarse" parece que hubiera sido el leit motiv. No olvidemos que había sido anunciado como la madre de todas las reformas.

¿No se hizo nada?

Habíamos hecho cosas; se podía decir: empezamos un camino, hay que profundizarlo. No se quería hablar sobre el tema. Luego lo pone sobre la mesa Mujica, con toda la fuerza. Me dijo: "si estás dispuesto a darle, trabajá conmigo". ¡Cómo no voy a estar dispuesto, vamo" arriba! Ahí jugaron otros factores a los cuales ya me he referido.

¿Cuáles?

Había un tema de entorno complicado y se adujo mucho que una tranca era el tema sindical. Yo fui, enviado por Mujica, a dos negociaciones con el secretariado ejecutivo del PIT CNT. Fueron excelentes

negociaciones; había una voluntad de trabajo conjunta impresionante? no me dejaron ir más. La orden vino

desde Presidencia. Es más fácil decir que hubo presiones sindicales? Es cierto que a veces hay

corporativismo y otras cosas, pero no hay que caerle al movimiento sindical cuando no es el causante de los problemas, y estos tienen su origen en indefiniciones políticas del gobierno, y le cuesta avanzar en esos temas.

Hablando de esa "madre de todas las reformas", ¿hay una concepción clara de qué Estado se quiere?

No hay esa concepción; no hay una concepción de qué significa la reforma del Estado. La reforma del

Estado es un concepto muy complejo al que se le puede poner cualquier cosa. Esto me lo enseñaron los

profesores alemanes; cuando estaba haciendo mi doctorado hice un curso de especialización donde se

prepara la alta burocracia alemana. Un profesor decía: "la reforma del Estado es algo que, acá en Alemania, la discutimos hace años. Es una bota a la cual se le puede poner cualquier cosa, y es una bota sin fondo".

Días atrás leía comentarios de un funcionario de gobierno que decía "la reforma del Estado la estamos

haciendo; la hicimos". ¿Por qué? Porque se hizo una reforma tributaria, del sistema de salud, etc. Con ese criterio también Sanguinetti podría decir lo mismo, porque hizo una reforma brutal de la seguridad social o una reforma de la educación con Rama. Lacalle también hizo reformas profundas, como la regulación del mercado energético. Todos han hecho cosas. Entonces, con ese criterio la reforma es un proceso permanente. Preferiría no tomar eso como reforma del Estado, aunque en términos conceptuales se pueda decir que es correcto. Pero eso no es lo que reclama la mayoría de los uruguayos cuando solicita la reforma del Estado.

¿Qué pasa con la modernización de la gestión pública; es independiente de la reforma?

No, tiene que ver con el nivel macro; aunque se quiera decir que no, es un nivel eminentemente político. Se pueden distinguir dos ejes: la transformación de la gestión de los recursos humanos y el tránsito y todas las capacidades que hay que montar para avanzar hacia la evaluación por resultados. Esos dos ejes

combinados son fundamentales para avanzar en la modernización de la gestión pública. Creo que

estaríamos ganando mucho si la clase política o el gobierno, el sistema de partidos, le hablara a la gente de qué está entendiendo por reforma del Estado; así nos dejamos de payar y decimos "es esto". Lo podremos discutir, pero sabiendo qué discutimos. Por ejemplo, hay un nivel macro: discutamos los modelos de desarrollo; dejemos de llamarle reforma del Estado. Hay otro nivel meso, que podemos denominar como modificaciones de diseño institucional; si queremos un sector público más o menos fragmentado, más o menos coordinado y un nivel más micro que es la modernización de la gestión pública. Dentro de esta última y fue una de las razones que motivaron mi alejamiento- creo que el FA está atrapado en una lógica de, como se ve que está repitiendo ciertos vicios de los partidos tradicionales, no querer hablar. Hay una negativa, en estos momentos, a hablar esos temas con claridad. En ese sentido es que digo que el FA se ha tradicionalizado; para las cosas buenas y también para las malas. Para las buenas porque es un partido institucionalizado más, que ha demostrado verdadero respeto por las instituciones y sigue la tradición de orgullo del sistema político uruguayo. Pero también se ha tradicionalizado en viejos vicios, en algunas área de políticas públicas con prácticas clientelares y también prácticas de patronazgo político.

¿Qué son esas prácticas?

La entrega de cargos públicos por decisión política, sin que haya mediado ninguna condición meritocrática

de acceso; jerarquías de gobierno que dan cargos políticos. Esas jerarquías de gobierno pueden dar los

cargos ellas mismas o a veces son el partido político, centralmente, como es el caso del Partido Comunista, que decide quién va a ocupar un cargo. Hay distintas formas de ejercer el patronazgo. El patronazgo no es algo malo de por sí; existe en todas las democracias; unas menos y otras más, y con distintas formas. Creo que en Latinoamérica y en particular en nuestro país tenemos un problema con el patronazgo y cómo afecta a la gestión pública: no hemos definido cuáles son los límites. Formalmente está bastante definido, hay cargos de confianza -más allá de que hay ciertos niveles, por ejemplo gerenciales, donde creo que no debería haber cargos de confianza exclusivamente; capaz que podrían ser de confianza pero con credenciales técnicas- . Tenemos un problema adicional, y es que por vía informal también se politiza la alta gestión pública: se designa gente por lealtad personal o política en cargos de responsabilidad. Ahí hay un problema, y el Frente no quiere hablarlo.

El Estado uruguayo ¿es grande, es chico?

Hay lugares donde es grande y los hay donde el Estado está en falta. Por ejemplo, la Auditoría Interna de la Nación (AIN). Estamos discutiendo el tema del lavado de dinero ¿y nos venimos a desayunar recién ahora que la AIN no tiene las capacidades necesarias? ¿Recién ahora vamos a discutir si la DGI tiene que hacer o no esta tarea? Otro tema: ¿tienen que venir los japoneses a decirnos que las curtiembres contaminan el Santa Lucía? Ya lo sabíamos hace 20 años. Entonces ¿para qué necesitamos la reforma del Estado? Para que haya gestión en esos lugares; por ejemplo para que haya voluntad política de decir que el medio ambiente va a ser una prioridad en nuestro país. Tenemos los funcionarios y las capacidades para ello, pero ahí falta Estado. Hay otros lugares donde es más dudoso. Por ejemplo: el ANTEL Arena. No tengo una posición definida sobre el tema, pero es más dudoso. Hay lugares donde las telefónicas pagan publicidad, pero no encaran ellas directamente la construcción. No sé si es lo esencial que debe hacer el Estado. El Estado ¿debe subvencionar industrias que no son competitivas? Que no lo son de acá a quince años. Si subvenciono el software y a los pocos años obtengo beneficios, es renta. Pero no sé si vale la pena subvencionar otro tipo de cosas en cadenas industriales donde no tenemos capacidad de ser competitivos.

El Estado no tiene recursos para todo; a veces las decisiones son trágicas.

Pero da la impresión de que se cree que sí tiene que tener recursos para todo.

Hay que optar. ¿Voy a tener 1.500 trabajadores en el Ministerio de Transporte y Obras Públicas, de los

cuales la mitad afectados a mantenimiento de rutas, o prefiero tener 300 trabajadores con capacidad de

planificación de primer nivel? Son opciones. ¿Voy a invertir 40 millones de dólares en el ANTEL Arena, que me va a dar dinero en el futuro o refuerzo en la Rendición de Cuentas la AIN o temas estratégicos para el desarrollo del país? Lo que pienso es que no hay una discusión avanzada sobre las prioridades. El Ministerio de Presidencia, que se había planteado en el primer gobierno del FA, era un camino para eso.

Eso murió.

¿Sabés por qué muere? Porque se quedan sin trabajo el Secretario y Pro secretario de Presidencia. No le

busques más vueltas. ¿Qué hubiera hecho ese ministerio? Institucionalizar la coordinación interministerial.

Existe en muchos países.

¡Claro! No es un invento traído de los pelos. Estudiamos cómo funciona en Brasil, México, Chile. Los tienen Alemania y Estados Unidos, con otras denominaciones. No son inventos. Ahora bien, si el asesoramiento al Presidente lo voy a dejar en un talenteo, y un día se me ocurre esto y otro día lo otro, y somos tres o cuatro que andamos atrás de todos los temas, la cosa no camina. No es así que funcionan las presidencias serias en el mundo. Tiene que haber gente especializada haciendo el seguimiento de los temas, y que los problemas entre los ministros no salten en la prensa. Hay que hacer también un seguimiento de las prioridades del Presidente; el relato tiene que tener una coherencia estratégica y prioridades que se puedan monitorear. Para eso se crean esas institucionalidades; y eso también es reforma del Estado.

En la cabeza de la gente no está el tema de la reforma del Estado.

No, y no se discute tampoco. Yo presenté un plan, y ojo, no me creo el genio; puede ser el proyecto que yo presenté o puede ser otro, pero no se discute. Discutamos; uno estudia las tendencias que hay en el mundo de hoy; discutamos, instalemos los temas en la agenda y que después se decida por uno. Lo que no se puede es matar las ideas ninguneando a las personas.

Muchas veces da la sensación de que no hay coordinación, que cada ministerio es un compartimiento

estanco.

Eso es lo que a uno le duele, cuando había un proyecto elaborado en el que participó mucha gente, entre los cuales los senadores Rubio y Michelini, el ministro Ehrlich. Bonomi iba a ser el ministro, una persona con unas capacidades enormes y con el talante para apechugar esa función, cuasi de primer ministro.

Eso era cuando Jorge Vázquez iba a ser ministro del Interior.

Exacto. Bonomi iba a ser el ministro de Presidencia, Javier Salsamendi el sub secretario y el Director

General de Secretaría iba a ser Ruben Villaverde, actual director del SIRPA. Al final el proyecto naufragó.

¿Por qué?

¿Cuál es el rol del secretario y pro secretario de Presidencia en nuestro país? Ha ido cambiando. El rol

actual no tiene nada que ver con el que tenía en la administración Vázquez. Son roles difusos; si se mira la Constitución no está claro. Una de las cosas que se dijo es que el ministro de Presidencia iba a estar

interpelado todo el tiempo; que al director de OPP no se lo interpela pero al ministro sí. Al secretario y pro

secretario tampoco se los interpela. Si esa era la objeción, se podría haber entonces pensado en una

secretaría de Presidencia que hubiera fungido como ministerio de Presidencia, sin ser ministro, como un

primus inter pares, bajo cuyas órdenes hubiese estado la coordinación interministerial, el seguimiento de las prioridades del Presidente, los informes y análisis de coyuntura, organizar los Consejos de ministros. Puede haber muchas propuestas de diseño institucional; lo que tengo claro es que el actual no es el adecuado. La Presidencia no es un lugar donde se cuelga todo lo que uno se quiere sacar de arriba o aquello que se quiere controlar políticamente y no se debería. Por ejemplo, en determinado momento se habló de que la DINAMA iba a Presidencia; eso no puede ser, las cuestiones de medio ambiente son un ministerio o una agencia con un fuerte grado de autonomía. ¿Por qué tiene que estar en Presidencia la UNASEV? El programa de OPP "Uruguay crece contigo"; son cosas que pertenecen a otras carteras. Los roles de los organismos que están en Presidencia no deben ser ejecutores sino de diseño y control de políticas. La Presidencia en nuestro país está confundida -desde siempre- en cuanto a sus roles. Tiene roles administrativos y de ejecución de programas. Las presidencias serias son muy políticas; tener una

presidencia política quiere decir tener "pienso" político.

Es Estatuto del Funcionario Público, ¿es reforma del Estado?

Eso no es una reforma seria del Estado. Adecuar la estructura de los recursos humanos a las necesidades de gestión de un Estado moderno es un proceso complejo en el cual deberían participar muchos grupos Interinstitucionales, para ver cómo adaptar la norma a las formas modernas de gestión. Uno de los corseé del proyecto aprobado es la estructura escalafonaria, que es una copia modificada de la existente previamente. Basta con ver los títulos de los escalafones aprobados y los existentes. Son escalafones que no tienen símiles en países desarrollados; los tienen, por ejemplo, en las administraciones de España o Grecia, que justamente son las menos desarrolladas. La tendencia más moderna es a armar familias de ocupaciones, independiente de qué se haya estudiado, y que permitan moverse transversalmente en el Estado. Ya no se trata de esperar que se muera quien está arriba tuyo para poder ascender o exigir que mi unidad ejecutora reciba un aumento determinado. Eso es una mala estructura; si yo estoy condenado a quedarme acá toda la vida, voy a pelear para conseguir aumentos salariales acá. Si tengo posibilidades de moverme transversalmente, lo que importa es que mi profesión, mi familia de ocupación, esté bien paga.

Entonces, se fijan pisos y techos de remuneraciones de las familias ocupacionales. Cuando se modifica la más baja, automáticamente se modifican todas las demás. Ahí, la negociación colectiva se reduciría a

negociar en un principio cuánto valen las distintas familias y ocupaciones; tarea muy compleja de hacer. Las sucesivas negociaciones colectivas serían auténticas, y no como es hoy, donde muchos gremios negocian por fuera con el Ministro. Cada uno, según la presión corporativa que pueda hacer, logra sus beneficios. La negociación colectiva tiene sentido para aquellos que no tienen peso corporativo para negociar por separado. La Constitución no dice que haya que definir los escalafones; yo lo que planteé fue que se dejara esta para la Ley de Presupuesto y que se trabajara dos años para definir qué va a ser un escalafón. La estructura escalafonaria está mal hecha, no sirve para una gestión moderna. Pero la gente se preocupa de estos temas cuando empieza la discusión sobre si el funcionario público trabaja o no; pero sobre el Estatuto, parece que la discusión fuera muy técnica, muy legal.

Pasa sin pena ni gloria.

Bueno, pero cuando te vayas a quejar de que el funcionario te está atendiendo de mala gana, que no tiene

incentivos de carrera, siguen contratando gente por afuera; ahí, acordate de lo que te dije hoy.

viernes, 10 de mayo de 2013

Tener más años de escolaridad ayuda a mantenerse más sano.

El País.10/5/13

A más años de estudio menos riesgo de males graves. La educación hace que niños se enfermen menos

Cuanto más cantidad de años de estudios tiene una persona, menos se enferma y cuando lo hace, mejor se sabe cuidar a sí misma y a los que la rodean.
 
EL MERCURIO/GDA | S. URBINA

En los países que se ha aumentado la escolaridad se ha producido una disminución dramática de la mortalidad infantil, asegura Rodrigo Soto, subdirector médico de la clínica chilena Indisa.

En el caso de las mujeres, por ejemplo, una mayor educación tiene un efecto multiplicador en su grupo familiar. "Cuidan mejor a sus hijos de los accidentes o los alimentan mejor, entre otras cosas. Y es por esto que los países hoy están preocupados por mejorar la educación", agrega Soto.

Todos los estudios científicos internacionales apuntan a que quienes tienen más años de educación, tienen después mejores trabajos y mayores sueldos, lo que les permite vivir en mejores barrios, comer más saludablemente, ir al gimnasio y tener una buena cobertura de su salud.

Además, los empleos que requieren de más educación tienden a involucrar menos esfuerzo físico, menos exposición a tóxicos y otros riesgos laborales. Por eso, completar y tener la mayor cantidad de estudios posibles redunda en beneficios para la salud que pueden ser decisivos si la persona es golpeada por una enfermedad agresiva como puede ser algún tipo de problema oncológico. "Las personas más educadas tienen mejores hábitos de vida como no fumar y hacer actividad física", asegura el oncólogo Jorge Gallardo.

"Las personas más educadas entienden mejor lo que es un factor de riesgo en la aparición de tumores. Por ejemplo, mantener una buena higiene, comer poca sal, evitar la comida quemada, cuidarse de exponerse al sol", precisa.

RENDIMIENTO.En años recientes se agregaron estudios que fortalecieron estos argumentos en pro de buscar educar más para mejorar la salud de la población en general.

Un estudio realizado en Wisconsin, (Estados Unidos) entre 10.000 graduados del año 1957 detectó que quienes se ubicaban en el 25% superior en cuanto a sus notas, décadas más tarde tenían mejor salud que el 25% que las había tenido más bajas.

Por ejemplo, pasados los 60 años, los que habían tenido un mejor rendimiento tenían la mitad del riesgo de tener diabetes, problemas cardíacos o enfermedades respiratorias respecto de los que habían obtenido peores promedios.

"O sea, si los años de escolaridad cuentan, el buen rendimiento académico es un potenciador importante de la salud", explica la autora de este estudio, Pamela Herd, profesora asociada de la Facultad de Sociología y de Asuntos Públicos, de la Universidad de Wisconsin en Madison.

"Las personas que rinden mejor en la escuela o a nivel de secundaria aprenden más, se involucran más, son estudiantes activos y por eso, probablemente, se mantienen mucho más al tanto de las últimas novedades sobre lo relativo a cómo elevar su bienestar, tanto a nivel médico como de sus conductas en la vida cotidiana", explica Herd.

Gallardo, por su parte, agrega que quienes tienen más educación conocen mejor su cuerpo, discriminan mejor los síntomas y esto les permite consultar precozmente. Para el especialista en Oncología, las personas que están menos educadas llegan incluso a tener explicaciones mágicas de lo que les pasa y deciden hacer una consulta médica cuando ya es demasiado tarde.

Recientemente la psicóloga Carol Ryff, difundió los resultados del estudio Midus (sigla en inglés de Midlife in the United States) el cual evaluó qué elementos impactan positivamente en la salud durante la adultez. El trabajo involucró a personas que iban de los 25 a los 74 años de edad.

Allí se vio cómo los años de educación influyen en el bienestar psicológico de las personas, las ayuda a definir mejor su proyecto de vida, a relacionarse mejor con los demás y a enfrentar mejor las adversidades que les tocaba vivir.

La educación, concluyó el trabajo, llega a brindar una mejor salud cardíaca y proteger la salud mental del deterioro que producen los años.

El efecto sobre el cáncer y el corazón

Las personas con más estudios conocen mejor los factores de riesgo y saben detectar a tiempo lesiones que ayudan a controlar la patología.

Aprendizaje frena deterioro de la edad

Estudio en EE.UU. encontró que el aprendizaje ayuda a las personas mayores a controlar desgaste mental.

Más libros y menos mitos sobre la salud Los más educados ponen menos atención a los mitos y más a la consulta.

La diabetes se aleja si hay buenas notas Un trabajo entre 10.000 personas encontró que los que habían tenido mejores notas tenían menos riesgo de diabetes.

Los pequeños aprenden a protegerse

Y esto redunda en que crecen con más elementos sobre qué hacer para cuidarse mejor.

Hipócritas de ayer, culpables de hoy

Leonardo Guzmán. Abogado, Periodista
"¿Y quién iba a imaginar que los "defensores de la cultura" iban a justificarle al Presidente intromisiones electorales prohibidas, pero por pelear un cargo iban a bajar sus argumentos a las postrimerías del intestino, en términos que nos ofenden a todos los que no circulamos anestesiados?"

viernes, 3 de mayo de 2013

CONGRESO UNIDAD NACIONAL 4 Mayo

Congreso de Unidad Nacional sábado 4 de mayo 2013

UNA elige su candidato.

Mañana sábado 4 de Mayo , a partir de las 9.00 hs. en las instalaciones del Parque Cambadu, (Av. Luis Alberto De Herrera 4196 esq. Burgues) los congresales de Unidad Nacional, elegirán su candidato a la Presidencia.

A las 13:00 hrs. el candidato dirigirá sus palabras al Congreso.

 

Se podrá ver en vivo a través del link : http://new.livestream.com/accounts/3827906/events/2074647/player?width=640&height=360&autoPlay=true&mute=false y a las 22.00 hrs las principales instancias del Congreso serán transmitidas por VTV.