EL PAIS. 20.12.11
Havel
GERARDO SOTELO
Las muertes de Vaclav Havel, el héroe de la libertad y constructor de la moderna República Checa, y de Kim Jong Il, el más rocambolesco y cruel de los dictadores comunistas, estuvieron separadas por unas pocas horas. Demasiada coincidencia tratándose de dos personas que no pudieron vivir de manera más antagónica.
Havel soportó la persecución, la censura y la cárcel por enfrentar al régimen checoslovaco, desde los días de la "Primavera de Praga", en el transcurso de aquel removedor y emblemático 1968. Dramaturgo, activista y dirigente político, dedicó su vida al teatro, las letras, la lucha por la libertad y la construcción de una sociedad democrática y abierta. Kim Jong Il garabateó los "Diez mandamientos para la edificación sistemática del pensamiento único del presidente Kim" en sus años al frente del Partido de los Trabajadores de Corea, para luego estrenar cinco óperas de dudosa armonización y solo por ser el jefe de Cultura y Arte del único partido tolerado por su papá.
Havel se convertiría en presidente de Checoslovaquia primero y de República Checa después, en elecciones de las que participaron partidos de las más diversas tendencias. Kim Jong Il heredó el trono tras la muerte de su padre, Kim Il Sung, e inauguró la "sucesión dinástica comunista", una alternativa institucional que hubiera escandalizado a Karl Marx pero que sería imitada en Cuba.
A pesar de haberse opuesto a la secesión entre checos y eslovacos, Havel lideró a su país en un proceso de apertura hacia Europa y el mundo, constituyéndose en un ejemplo de 13 Tiatucura
crecimiento económico y social armónicos. Kim Jong Il retiró a su país del Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares y cerró sus dominios a los ojos extranjeros, aislando a los norcoreanos en un infierno de represión, hambre, retórica guerrera y culto a la personalidad.
Havel sería reelecto presidente por los checos en 1998 y allí lo mantendrían hasta 2003, a pesar de sus problemas de salud. El "Querido Líder" Kim, en cambio, moriría incontaminado por la decadente "democracia burguesa", sin conocer las urnas.
Si alguien piensa que se trata apenas de comparar dos personas y sus ideas, debería considerar los resultados. Los checos ganan 25.600 dólares por año (están en el puesto 54 a nivel mundial, sólo superados por Eslovenia entre los antiguos paraísos comunistas); los norcoreanos sobreviven con 1.800 dólares anuales, lo que ubica al estrafalario reino de Kim en el lugar 195.
Contrariamente a los que creen que el colapso del comunismo es consecuencia natural de su imperfecta arquitectura, fueron los seres humanos que comprometieron su libertad y su vida en desmontar ese insoportable edificio de falacias, quienes lograron el milagro. Por eso los regímenes como los del lunático Kim, no pueden tolerar ni un atisbo de autonomía.
El triunfo de la libertad es siempre el triunfo de las ideas de libertad, promovidas por hombres y mujeres valientes, como Havel.
Havel
GERARDO SOTELO
Las muertes de Vaclav Havel, el héroe de la libertad y constructor de la moderna República Checa, y de Kim Jong Il, el más rocambolesco y cruel de los dictadores comunistas, estuvieron separadas por unas pocas horas. Demasiada coincidencia tratándose de dos personas que no pudieron vivir de manera más antagónica.
Havel soportó la persecución, la censura y la cárcel por enfrentar al régimen checoslovaco, desde los días de la "Primavera de Praga", en el transcurso de aquel removedor y emblemático 1968. Dramaturgo, activista y dirigente político, dedicó su vida al teatro, las letras, la lucha por la libertad y la construcción de una sociedad democrática y abierta. Kim Jong Il garabateó los "Diez mandamientos para la edificación sistemática del pensamiento único del presidente Kim" en sus años al frente del Partido de los Trabajadores de Corea, para luego estrenar cinco óperas de dudosa armonización y solo por ser el jefe de Cultura y Arte del único partido tolerado por su papá.
Havel se convertiría en presidente de Checoslovaquia primero y de República Checa después, en elecciones de las que participaron partidos de las más diversas tendencias. Kim Jong Il heredó el trono tras la muerte de su padre, Kim Il Sung, e inauguró la "sucesión dinástica comunista", una alternativa institucional que hubiera escandalizado a Karl Marx pero que sería imitada en Cuba.
A pesar de haberse opuesto a la secesión entre checos y eslovacos, Havel lideró a su país en un proceso de apertura hacia Europa y el mundo, constituyéndose en un ejemplo de 13 Tiatucura
crecimiento económico y social armónicos. Kim Jong Il retiró a su país del Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares y cerró sus dominios a los ojos extranjeros, aislando a los norcoreanos en un infierno de represión, hambre, retórica guerrera y culto a la personalidad.
Havel sería reelecto presidente por los checos en 1998 y allí lo mantendrían hasta 2003, a pesar de sus problemas de salud. El "Querido Líder" Kim, en cambio, moriría incontaminado por la decadente "democracia burguesa", sin conocer las urnas.
Si alguien piensa que se trata apenas de comparar dos personas y sus ideas, debería considerar los resultados. Los checos ganan 25.600 dólares por año (están en el puesto 54 a nivel mundial, sólo superados por Eslovenia entre los antiguos paraísos comunistas); los norcoreanos sobreviven con 1.800 dólares anuales, lo que ubica al estrafalario reino de Kim en el lugar 195.
Contrariamente a los que creen que el colapso del comunismo es consecuencia natural de su imperfecta arquitectura, fueron los seres humanos que comprometieron su libertad y su vida en desmontar ese insoportable edificio de falacias, quienes lograron el milagro. Por eso los regímenes como los del lunático Kim, no pueden tolerar ni un atisbo de autonomía.
El triunfo de la libertad es siempre el triunfo de las ideas de libertad, promovidas por hombres y mujeres valientes, como Havel.
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